
Cuando un país inicia un desarrollo
acelerado, a menudo decide diseñar o adquirir un satélite para ponerlo en
órbita. Actualmente hay en órbita cerca de 4,000 satélites, algunos siguen
el movimiento de rotación terrestre (órbita geoestacionaria) y otros
orbitan respecto a las líneas terrestres (como los de órbitas baja y polar).
Estos satélites juegan roles cruciales en:
- Medios
de comunicación:
transmisión de noticias, TV, radio y enlace telefónico global.
- Ciencia
y monitoreo ambient
al: observan el clima, capa de ozono y calentamiento global para prevenir daños al planeta. - Investigación
científica:
recopilan datos para avanzar en meteorología, agricultura, geología,
astronomía, entre otros.
Tipos de satélites según su órbita
La órbita determina su función, alcance
y la velocidad de su paso sobre la Tierra:
Órbita
Terrestre Baja (LEO)
– 180 a 2,000 km
Satélites de observación terrestre (como Landsat, COSMIC), investigación científica (CryoSat‑2) y constelaciones de comunicaciones (p. ej. Starlink) Altas resoluciones, baja latencia, pero cobertura limitada.- Órbita
Media (MEO) 2,000
a 20,000 km
Principalmente sistemas de navegación por satélite como GPS. Buen alcance global con latencia moderada. - Órbita Geoestacionaria (GEO) 36,000 km sobre el ecuador
Satélites que “quedan fijos” sobre un punto, ideales para comunicaciones, meteorología (ej. satélites GOES, Meteosat). Cobertura amplia y constante, pero con mayor latencia. - Órbita
Sol‑Síncrona (SSO)
600‑800 km polar.
Mantienen la misma hora local de paso para tomar imágenes comparables del terreno. Usados en agricultura, medio ambiente y vigilancia. - Órbitas
de transferencia y puntos Lagrange
Utilizadas para ubicar telescopios o sondas en posiciones especiales de gravedad balanceada, como SOHO o telescopios espaciales.
Funciones según tipo de satélite
- Comunicaciones: retransmiten TV, internet y
llamadas, conectan zonas remotas y facilitan cobertura global .
- Meteorología: monitorizan patrones climáticos,
formación de huracanes, nubes y temperatura .
- Observación
de la Tierra:
capturan datos sobre agricultura, deforestación, hielo polar (CryoSat‑2
mide el grosor del hielo).
- Navegación/GPS: marcan posiciones exactas para
transporte, logística y geolocalización.
- Investigación
espacial y astronomía:
telescopios (Hubble), sondas solares y misiones UV en puntos Lagrange.
El aporte científico
Gracias a los satélites, hoy es posible:
- Prever emergencias meteorológicas: con mayor rapidez y precisión.
- Monitorear
la evolución del cambio climático: capa de ozono, deshielo polar y patrones vegetales.
- Optimizar
recursos agrícolas
e infraestructura gracias a la teledetección diaria. - Mapear la Tierra con exactitud, útil en planificación urbana y gestión de recursos.
- Explorar el universo desde fuera de la atmósfera terrestre, ofreciendo imágenes limpias y datos precisos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario