Las nuevas tecnologías y la erradicación de la pobreza
El avance de la tecnología ha hecho posible una mayor accesibilidad a la comunicación, especialmente gracias a la reducción de los costos de internet inalámbrico y el uso de energía solar para llevar conexión a zonas rurales. Estos desarrollos permiten que incluso las comunidades más apartadas puedan integrarse a la llamada “aldea global”.
Una iniciativa destacada es la colaboración entre la ONU y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), cuyo objetivo es distribuir computadoras de bajo costo a la niñez y población pobre de zonas rurales. Aunque el proyecto aún enfrenta retos como el tipo de dispositivo a distribuir y su costo de producción, su meta es alcanzarlo antes del fin de esta década.
El acceso a estas tecnologías no solo permitirá la comunicación por internet, sino que abrirá la puerta a programas de salud, educación e información. Esto es clave para mejorar las condiciones de vida y
avanzar hacia la erradicación de la pobreza. La educación, facilitada por la tecnología, se vuelve un pilar fundamental en este proceso, ya que brinda herramientas para que las personas puedan salir del ciclo de la pobreza.
No obstante, es importante destacar que la tecnología también puede convertirse en un arma de desigualdad si no se maneja con equidad. Los países más avanzados tecnológicamente podrían usarla como una forma de dominio, ampliando aún más la brecha entre ricos y pobres.
Según la ONU, más del 90% de la población mundial vive en zonas cubiertas por redes móviles, pero todavía hay más de 2,6 mil millones de personas que no están conectadas a internet.La brecha digital es uno de los grandes retos del siglo XXI. Esta desigualdad en el acceso a las tecnologías genera nuevas formas de exclusión social y económica.Programas como “Internet para todos” (impulsado en países como Perú y Colombia) han demostrado que llevar internet a zonas rurales mejora la educación, la salud y la economía local.El acceso a la tecnología también puede fortalecer el emprendimiento local.
Por ejemplo, agricultores pueden consultar precios de mercado, mejorar sus técnicas de cultivo o comercializar sus productos en línea.Sin embargo, es vital evitar que la tecnología sea usada como herramienta de dominio por parte de los países desarrollados. La cooperación internacional y la regulación ética son esenciales para que el acceso tecnológico sea justo y equitativo.
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